Gurí y los pilchabolches

Corazón de León: Las matrioskas pilchamodas o moduskas me han dejado pensando.
Septimio: Enorgullece enterarse de que Estudiantes es tan conocido en todo el mundo.

CdL: No es eso lo que me sorprende, sin embargo. Lee Harvey me hizo reparar, mientras brindábamos con vodka por el hallazgo de The Observer, en el anacronismo de la moduska de Fabianesi.
S: ¿Por qué?

CdL: Porque no se corresponde ni con el equipo de la Tetralata, ni mucho menos con el que debía viajar a Abu-Dahbi. Este detalle habla de que la pasión de los rusos por Estudiantes se remonta mucho más atrás, quizá a los albores de la Revolución Bolchevique.
S. ¿Usted cree?

CdL: Bastaría con mencionar a Nikita.
S: ¿Nikita Kruschev?

CdL: Casi la pega. Me refiero a Julio Godio, sociólogo e historiador del movimiento obrero argentino. Era un muy buen wing derecho, valga la paradoja. Llegó a debutar en la Primera de Estudiantes en 1960.
S: ¿Este Godio es el mismo del Instituto del Mundo del Trabajo?

CdL: Así es, sobrino del Beto Infante. Los de la Fede lo habían bautizado Nikita porque era idéntico a Kruschev. Cuando jugaba en el Pincha, militaba en la Federación Juvenil Comunista y era presidente de la FULP. ¿Qué me dice?
S: Nunca lo hubiera imaginado.

CdL: Es evidente que, en esa época, el Partido apostaba fuerte a las inferiores del club. Nikita no fue el único de la Fede.
S: ¿Había otros "rojos"?

CdL: El más extraordinario jugó hasta la cuarta. De 6, gran cabeceador y muy hábil con la pelota, descollaba por su inteligencia táctica. Dicen que Madero aprendió mucho de él. Se llamaba Alejandro Jáuregui y, aunque era muy alto y tenía voz de bajo, le decían Gurí (foto 2). Su hermano, apodado Japanchi, era un grandote temible. La leyenda cuenta que llegó a pelear contra un oso en un circo de Villa Elisa. Lamentablemente, Burbuja, el menor de los Jáuregui, se apartó de las enseñanzas de su padre, don Helén Armando Jáuregui, noble y abnegado militante comunista que andaba de pueblo en pueblo, repartiendo libros de Lenin y preparando la revolución social. Hasta hoy, la deserción de aquel hijo es una herida que no acaba de cicatrizar.
S: ¿Burbuja no se afilió al Partido?

CdL: ¡Se hizo hincha de Gimn*sia!
S: Eso es imperdonable.

CdL: Todo a causa de un osito de peluche.
S: ¿Un osito?

CdL: Según su triste confesión en una mesa navideña, estaba harto de que sus hermanos mayores lo tuvieran de punto. Como era bajito, le decían enan* y eso lo enfurecía. Una tarde de lluvia, Japanchi y Gurí no tuvieron mejor idea que jugar un “arco a arco” en la pieza con el osito de Burbuja y terminaron rompiéndolo. Burbuja, por despecho, decidió esa misma tarde hacerse del lob*. Allegados a la familia sostienen que la traición no se hubiera consumado jamás sin la intervención de un diabólico tío, simpatizante tristero, que sacó partido del desconsuelo del sobrinito y compró su alma con un alfajor.
S: ¡De esa manera hacen hinchas!

CdL: Como acostumbra decir Termo (foto 2): “Gimn*sia no es un sentimiento, es un resentimiento”.
S: ¿Y qué se hizo Gurí?

CdL: Por culpa de una lesión tuvo que colgar los botines. Pensó estudiar arquitectura, pero lo que más le gustaba, además de jugar al fútbol, era ir todos los domingos a 1 y 57 para reunirse con sus primos en la ochava del pino y cantar hasta quedar ronco. Necesitaba combinar en una sola profesión la música y los tablones, el compromiso revolucionario y la identidad pilchamoda.
S: ¿Y logró hacerlo?

CdL: Gradualmente, empezó a alternar la tribuna de Estudiantes y los escenarios. Fundó un grupo vocal pilchafolk, al que dio el bello nombre de Quinteto Tiempo (foto 3), y recorrió con él Latinoamérica, Europa y la URSS. La pasión del proletariado soviético por Estudiantes es obra de Gurí Jáuregui.
S: ¡Impresionante!

CdL: La prédica pilchabolche de Gurí desde los escenarios fue gravitante. El QT, por ejemplo, inspiró a Bilardo la revolución táctica que se hizo famosa a partir del Mundial ’86.
S: ¡No me diga que el Narigón escucha al Quinteto!

CdL: El Doctor es fanático de grupo desde la época en que dirigía a Deportivo Cali en Colombia. Si no me cree, pregúntele.
S: No lo pongo en duda.

CdL: Sepa el mundo que Bilardo concibió el esquema 3-5-2 en un recital que el quinteto ofreció en 1982. Allí unió dos conceptos: los cinco músicos y los volantes que iban y venían con consignas pilchabolches.
S: Me quedo boquiabierto.

CdL: No es para menos. El QT es al folklore argentino lo que Estudiantes al fútbol.
S: ¿Me podría recomendar alguno de sus discos?

CdL: Un álbum que me gusta mucho rinde homenaje al emocionante torneo Reclasificación disputado por Gimn*sia el mismo año en que Estudiantes se coronaba bicampeón de América. Se titula “Promoción 69”. Pero sin duda el gran hit, más trascendente incluso que “Canción con todos”, que el QT dio a conocer por primera vez, es la versión de un tema de Jaime Roos. ¿Trajo la балалa^´йка (balalaika)?
S: Por supuesto.

CdL: Permítame entonces que le enseñe los acordes. Es la canción de un lob*, que presiente su extinción. Se titula “Si me voy antes que vos” y dice así: (play en el reproductor)