Modelo europeo (III)

Por Larecódetumá
(modelo de moda)

"Nosotros"

Hoy cerramos esta trilogía dedicándole unas líneas a la mirada introspectiva del ensayito intitulado "Modelo Europeo".

El primer trabajo de la serie (La Refundación) fue, casi casi, un manifiesto político / institucional. La expresión escrita de una necesidad vital, esa de superar los sucesivos ciclos que nos tocara vivir para crear una tendencia indefectible de crecimiento. Cortando definitivamente todas esas idas y vueltas de la7as y castigos, de glorias y ostracismos. Buscábamos encontrar los por qué subyacentes en todo eso, desarrollando desde este espacio una necesidad de respuestas para una grandeza que está ahí, y que cada tanto emerge con el formato arrollador de la7a; pero que no termina de instalarse como definitiva.

En el segundo (Los de ajuira), analizamos los motivos por los que no cabe ir a reclamarle nada a los propietarios del polirrubros cincograndista; si les pedimos opinión, ellos, por elementales razones de “división de las 7or7as”, no harán otra cosa que ponernos rápidamente en el mismo anaquel que la 7ris7eza.
Por una cuestión de prolijidad, para mantener alejados a “los indeseables” de aquellas mesas donde se distribuye la taraska, apostarán a la promiscuidad de rejuntar lo incomparable, adocenando y emprolijando el “discurso oficial”, hoy propalado a mansalva, a través del fóbal para todos.

Por otro lado sabemos que hay alguien que propone lo distinto; un líder indiscutible dentro y fuera de la cancha, quien dijo -claramente-, cuál era el modelo a seguir. Un proyecto imprescindible, impostergable, refundante... para que la la7a no quede una vez más en la anécdota; que no naufrague en la conocida menospreciación que tanto gozan los miserables escribas de café, menotteros que siempre le hacen el juego a quienes necesitan tener el reparto prolijamente orientado hacia los grandes porteños. Como obviamente de ellos no habrá esperarse sino cachetazos y ninguneada, y como también obviamente el germen de lo distinto está desde siempre instalado entre nosotros, nos corresponde en exclusiva toda la responsabilidad de que la cosa prospere.

¿Cómo? Por lo pronto, espabilándonos y descreyendo completamente de los programas oficiales derivados de la calle Viamonte: a ellos, un Estudiantes grande, que se les escape por méritos propios del cajoncito 7ris7e, no les sirve, ni lo creen posible. Tampoco lo necesitan. Aún resuenan las palabras del gayina Caballer*, en vísperas de la traición de $ime*ne, cuando nos explicaba desde su soberbia que “esto es Riv*r”.

Como dijimos, lo principal es estar atentos, receptivos frente a lo que nos está pasando. Creer que cosas nuevas son posibles y, quizá, exigir más claridad y firmeza por parte de los conductores a la hora de ir delineando la estrategia, de bajarla al llano. Estrategia que deberá considerar una importante captación de fondos por fuera de la 7or7a ajena, una permanente generación de vidrieras internacionales y una capacidad dirigencial a la altura de las circunstancias.

Esta línea política, a su vez, tendrá que ser interpretada y tomada como natural por una masa crítica que no deberá disminuir, sino aumentar año tras año. Sin miedos a ir por afuera cuando corresponda, o de forzar ciertos límites previamente inconcebibles, como lo hicieran aquellos leones del '68.

Esto está claramente escrito en un pizarrón virtual que, como el de Juan Salvador Pelota, todos deberíamos poder ver. El límite está, entonces, entre nosotros.