Ninguna hazaña

El 17 de octubre de 1968 la prensa en general calificó como una "hazaña" la obtención del título del mundo en Old Trafford. Sin embargo, el doctor Roberto Marelli -en su libro Estudiantes de La Plata Campeón Intercontinental- respondió puntualmente al otorgamiento de tal adjetivo:

"La calificación lleva un NO RECONOCIMIENTO a una tesitura fundada en sólidas bases reales. Lo realizado por Estudiantes de La Plata no es una hazaña. Es más, casi podríamos calificarla como hecho normal dentro de un plan cuyo resultado debía necesariamente ser la obtención de tan preciados galardones. No fue el fruto de una campaña afortunada, de una serie de partidos en los que el factor imponderable que se llama fortuna juega un papel preponderante. No fue el producto de un equipo 'fabricado' para llegar a esa meta, en base a ingredientes extraños a la misión que toda institución, cualquiera que fuere su índole, tiene como quehacer fundamental, crear sus propios medios para trascender dentro de las posibilidades que los recursos le permiten.

"Su equipo profesional carece de estrellas de primera magnitud. Tiene las necesarias para formar una constelación cuya luz se irradia sin rutilancias estridentes, pero también sin claroscuros profundos. La armonía fue lograda en base a un plan en que las responsabilidades de todos y cada uno de los componentes del núcleo que forman la entidad es factor fundamental. Una sola pieza que hubiera aflojado en el armazón, una sola que hubiera fallado en su estructura, hubiera desaparecido en la mediocridad, en el anonimato. Pero en Estudiantes no existió esa posibilidad, el ensamble actuó a la perfección y el fruto de esa maquinaria puesta en marcha antes del logro de este triunfo resonante, dio el fruto esperado".