AN7IFIERR* - Bidonismo Explícito

“Es que se murió el Brujo”. Hace muy poco, la noticia corrió como reguero de pólvora en La Plata tras una derrota de Estudiantes. Y no tras un partido cualquiera: noche del miércoles 26 de noviembre, 0-1 vs. el Int*r brasileño en 25 y 532. El Pincha caía en la primera final de la Sudamericana y de yapa resignaba un largo invicto en el estadio (desde marzo de 2007, 1-3 vs. la b*sta).

El brujo Alberto –de él se trata- había llegado a Estudiantes en 2006. Según dicen, de la mano de El Mejor, a quien le había aliviado los dolores de columna. Con ese punto a favor, el tipo no tardó en ganar la confianza y así ofrecer sus servicios al plantel albirrojo. Empezó el 22 de septiembre de ese año, vs. indesingente en Quilmes. El Choto $imione caminaba por la cuerda floja (cuatro sin ganar); pero un 2 a 1 a favor (Alayes/Calderón) marcó la inflexión para llegar a la historia feliz tan conocida: el Pincha no perdió más y se coronó campeón.

Imaginate: tras semejan7e laburo, Alberto era Gardel con gui7arra eléctrica y sin7e7izador.

Dicen que arrancó cobrando unas 5 lucas por trabajo, cifra que subió a 10 mil en poco tiempo y a muchísimo más desde la final con la b*sta en Viles. A tal punto amarrokó que pudo comprarse un poderoso auto alemán con el que paseaba muy orondo por las kayes de la ciudá. La guita se le enviaba puntualmente antes de cada partido, a través de un ayegado al plantel. Tonces, Alberto empezaba su tarea: sacrificio de aves en zonas del Barrio Aeropuerto y recolección de tierra especial para esparcirla en campos de juego (ese ritual pudo verse en la previa de varios partidos).

Fidelidad

Clar*: su fama creció. Fue tentado aquí y allá. Aseguran que rechazó una jugosa ofer7a del mismísimo 7uer7-0 Muñón -se acercó porque le dijeron que el brujo era hincha del 7ris7e- y otra del yiojano Ram*n Di*z cuando dirigía al cuerv*.

Así, lealmente, Alberto fue sosteniendo –con resultados positivos en general- las campañas '07/'08 de Estudiantes, hasta ahora, cuando lo sorprendió un desenlace… ¿impensado?
Porque debe saberse que el tipo –rapado, rechoncho y portador inefable de pilchas (cuack) negras- tenía sus vicios. Vicios extremos. Según data muuuy posta que llegó vía télex a la portería del AF “el martes 25/11 ingresó al Hospital de Berisso con un cuadro de sobredosis aguda. Primero, lo alojaron en terapia intensiva y mostró algunos signos de mejoría. Pero no hubo caso. Durante sus últimas horas, Alberto deliró y deliró. En medio de ese trance, sacó un grueso fajo de dólares para distribuirlo generosamente entre enfermeros y laburantes del nosocomio. Y el miércoles 26/11, día de la primera final, se murió”. Glup.

Versiones de todo tipo empezaron a cirkular. Una, que había dejado hechos los deberes. Y otra, la más firme, asegura que sus restos fueron cremados y depositados en una urna, la que viajó hasta Porto Alegre junto a la delegación albirroja. Un esfuerzo muy valioso como para que el brujo Alberto dijera presente en la instancia decisiva...

Aunque… los bidonistas de ley sabemos que no es lo mismo.