AN7IFIERR* - Bidonismo Explícito

El momento indispensable, cuando el técnico explica el partido antes de que se juegue. El repaso de las instrucciones, el plan en marcha. La comunión de la cofradía rumbo a la victoria. Así, en 1982, la retrató José María Suárez, recordado periodista acreditado en la AFA:

"La charla técnica se desarrollaba por costumbre en la habitación más grande del hotel. Pizarrón contra la pared, los jugadores sentados en sillas, sillones, sobre la cama o en el piso. Zubeldia comenzaba a hablar y no se escuchaba en el aire otra música que la palabra de Osvaldo. Más parecía una conferencia dictada por un sabio en el aula magna de la Universidad que la voz de un técnico de fútbol instruyendo acerca de la manera de tirar un córner al primer palo, el modo de sacar de las casillas a un zaguero quisquilloso, la forma de detener el tiempo “si vamos ganando” o de “apurarlo si debemos sacar ventaja de la lentitud contraria”.

"Enseguida le tocaba el turno a los muchachos, que entonces pedían aclaraciones sobre algunos movimientos o lo contradecían a Osvaldo opinando “se me ocurre mejor dejarlo venir al puntero en lugar de ir a buscarlo a su campo”. El asunto es que cada uno -repito- salía de la charla técnica con el plan clavado en la cabeza y el convencimiento bien metido en el corazón de que no existía quien pudiera ganarles.

"Y todavía faltaba algo. La lectura, generalmente a cargo de Juancito Echecopar, de un texto de José Ingenieros, especialmente elegido y subrayado por el doctor Marelli, como una suerte de última inyección de optimismo y garra que le permitía luego arrasar al adversario más copetudo que debieran enfrentar.

"En cuanto a los suplentes, nada de sentarse en el banco para mirar el partido o para distraerse observando los vuelos de las moscas. Cada uno tenía la obligación de vigilar un sector del terreno y controlar el juego de compañeros o rivales previamente determinados por el técnico. Entonces, durante el descanso entre período y período, cada uno contaba sus conclusiones y así se confirmaban planes o se modificaban posiciones según la conveniencia del equipo y las características de los jugadores del equipo contrario, descubiertas a través de los 45 minutos iniciales por el cuerpo técnico y los suplentes, que así ganaban en buena ley el premio íntegro, pero jugando su partido especial desde afuera de los límites del campo..."