Pós7er AF Nº 44

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Gladiadores

(Por Pichuko) El nuevo coliseo estaba presto para la fiesta. La h*rda presente, apasionada consumidora de circ* y hum*, creía en un mero trámite. Sus representantes, dirigidos por el campeón de la pelea bonita, y encabezados por un gat* obeso y un melliz* decadente, también veían fácil la victoria. Pero ignoraban que en las arenas del moderno Anfiteatro se encontrarían con verdaderos gladiadores. Que con sus corazas a rayas verticales rojas y blancas recordarían la lección que los espartanos le dieron a los persas, sabiamente dirigidos por un rey de nombre familiar: Leónidas.

La ausencia del gran estratega y alma mater fue oportunamente cubierta por cada uno de los luchadores que saltaron al campo de juego. Con su coraje conocido, el lugarteniente supo llevar la cinta de capitán que sabe de triunfos en batallas difíciles. Y cada uno de los nuestros puso lo mejor al servicio del conjunto, así el todo fue mayor a la suma de las partes. Mientras en las tribunas aprovechaban las ofertas del cotillón del carnaval que se viene, en el vestuario visitante alguien escribía en el pizarrón: "Ad laurum per bidonum". Entonces, esos aullidos del inicio rápidamente dieron paso al silencio, transformado en sepulcral al término de la lucha.

Desde las gradas con invitados y ocupantes de promoción, las cabezas gachas hablaban solas: "Es para tirarlos a las fieras", decía compungido y rabioso uno de los asistent*s. Y antes de pelearse con otro pl*teísta, como sentencia inequívoca, le bajaba el pulgar a los suy*s, quizá también para ponerle fin a su propio sufrimiento.