Gratitud

(Por Lee Harvey) A la tardecita vinieron mis vecinos Gloria y Victorio y al rato Mandrake Trobbiani con una enorme valija de mago, mientras ke Pérdid*, el 7ris7e, pasó por la puerta, saludó con la mano en alto y rapidísimo se fue a Cagar, donde se jugaría el clásico entre los l*cales y nuestros aguerridos Defensores de la Concha de la Lora.

La reunión fue sencilla, de las ke más me gustan: Gloria trajo sus bijilantes caseros y cebó unos amargos rikísimos; Victorio leyó algunos de sus escritos impublicados y no dijo ni una frase hecha; después, Mandrake nos deleitó con su truco magistral: el gol en cancha de Vél*z, metro del '82, cuando la tocaron todos para una definición inolvidable. Me convocó como ayudante para la parte del takito de Paolo Trama. Ni te cuento mi emoción.

Y bué, por último me tocaba a mí. Prendí la pc y les mostré el por ké de mi pena: el cierre del blog. Pero al mismo tiempo... ahí estaban... uno tras otro... los mensajes más conmovedores que recibí en mi vida. Un compendio entrañable de sensibilidá, de amor por el Pincha y por el AN7IFIERR*. Sinceros, honestos, comprometidos, optimistas, leales, profundos, reconfortantes, solidarios, amistosos, fraternales. Pero por sobre todo... AGRADECIDOS. Y eso, en esta selva impenetrable de egoísmos, es el tesoro más valioso de todos.

- ¿Y ké pensás hacer, Lee?- preguntó Gloria con tono maternal.

- Necesito descansar, fue todo muy intenso.

- Me parece muy bien, pero... después?

- Esteee... después vemos. Mandrake me regaló un mazo de cartas.

- ¿Para jugar a?

- No sé. Pero en principio, para barajar y dar de nuevo...

Nos despedimos, abrazandonós bien fuerte. Y en ese abrazo sentimos ke seríamos muy buenos vecinos para siempre. Nútrida, la mascota de Victorio, se acercó como percibiendo -los animales son sabios- y se recostó en mis pies. Antes de apagar la pc, le mandé un imeil a Claudio para ke le cambie el agua al enan* y para anticiparle ke, cuando tenga algún dato posta, le contaré de Alejandro, nuestro nuevo vecino de enfrente...