(In)comunication media

“En cordialidad ya nos han goleado”

(Brian Grandville, del Sunday Times,
septiembre de 1968)

(Por Pichuko) Ha sido recurrente en este espacio la burla y el enojo hacia los medi*s; la situación que se vive en estos momentos con el principal grupo comunicacional de la zona es un buen ejemplo de lo que son capaces de hacer. Y teniendo en cuenta que en todas partes se cuecen habas, no está demás hacer un pequeño bosquejo sobre la impostura del peri*dismo ingl*s en la cobertura de la primera final contra el Manch*ster, de la que se cumplirán mañana 42 años.

Para la llegada del Un*ted, Estudiantes había preparado una serie de agasajos para que equipo y dirigencia visitantes se sintieran cómodos. El meticuloso programa no solo incluía cuestiones protocolares como la recepción a la delegación inglesa o la visita de nuestra ciudad. También había otros aspectos a cargo del club como un servicio de guías y transportes para los lugares que desearan visitar durante las 24 horas del día o un almuerzo criollo (asado, bah) en honor a la representación británica y al peri*dismo extranjer*.

Sin embargo, los enviad*s tomaron estos gestos como un signo de debilidad. Nos permitimos pensar que también se trataba de ese prejuicio eurocéntrico de ubicarnos en el borde del mapa de la civilización. Ya en las jornadas previas al partido, los medi*s británic*s hablaban de un clima decididamente hostil. Apenas llegados a estas tierras, y con la posibilidad de intercambiar pareceres con Zubeldía, no hicieron más que preguntar sobre la “normalidad” en que se desarrollaría el match.

Incluso en la cancha misma, minutos antes del inicio, se seguía reforzando esta idea. Desde una conexión directa de télex hacia Londres (pagada gentilmente por nuestro club) la máquina manejada por peri*distas ingl*ses enviaba mensajes como “Los gauchos bailan con violencia” refiriéndose a un dócil pericón que amenizaba la espera de la concurrencia. O la referencia a la salida del Pincha al campo de juego que también fue en la misma tónica “Entra Estudiantes y se oye un grito salvaje que hace pensar en todo lo horrible que podrá ocurrir durante el partido”.

Pasó el encuentro que se ganó con gol de Conigliaro. Duro, aguerrido, friccionado serían algunos de los calificativos que le calzarían perfecto (después de todo era una final del mundo... ¿no?) La prens* anglosaj*na, en cambio, habló de “Los hombres salvajes de la Argentina” (Even*ng Stand*rd) o “Algo que insulta el deporte” (D*ily Mirr*r). El clima para la revancha ya estaba inteligentemente instalado. Hacia allí se dirigían los hombres del Zorro, con la confianza y la sapiencia del que se sabe ganador.